32 Los cruces de los ríos han sido ocupados
    e incendiados los pantanos;
    llenos de pánico quedaron los guerreros».

33 Porque así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel:

«La hija de Babilonia es como una parcela
    en el momento en que se limpia el trigo;
    ¡ya le llega el tiempo de la cosecha!».

34 «Nabucodonosor, el rey de Babilonia,
    me devoró, me confundió;
    me dejó como un jarro vacío.
Me tragó como un monstruo marino,
    con mis delicias se ha llenado el estómago
    para luego vomitarme.

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